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Otro rescate de Antonio Rüdiger: “Para mi fue muy fácil y vamos a ganar la final”

El central, clave en los penaltis contra el City y Atlético, fulmina a una Real que culpa al árbitro. “Nos han eliminado de la Copa igual que de la Europa League”, se queja Alguacil

Antonio Rudiger
Lorenzo Calonge

Una de las cosas propias de este Madrid de las agonías es que, a menudo, en los momentos de gran asfixia termina encontrando un salvador en los jugadores más imprevistos. Antonio Rüdiger ya es uno de ellos. Y, además, de forma recurrente. El alemán ha tomado la forma de última mano a la que agarrarse en mitad del océano. Esta vez no fue en la tanda de penaltis, como contra el City y el Atlético en Champions, sino elevándose por encima de la fatiga donostiarra en la prórroga para arruinar a la Real Sociedad. Iba a ser una noche de descanso para él, pero acabó enviando a su equipo a la final de Sevilla en el minuto 115. “Muchas remontadas y, finalmente, mi gol”, resumió el teutón. “Un buen balón de Arda [Güler] y para mí fue muy fácil. Un buen movimiento y un buen córner, por eso estamos en la final”, añadió sobre su acción definitiva. De cabeza, como seis de sus siete tantos de blanco. “Estamos en la final y vamos a ganar”, proclamó en caliente.

Real Madrid RMA
4
Endrick 29', Jude Bellingham 81', Aurelien Tchouameni 85', Rüdiger 114'
R. Sociedad RSO
4
Barrenetxea 15', Alaba 71' (pp), Oyarzabal 79', 92'
Finalizado

Fue el último clavo de una noche que atravesó todas las estaciones en el Bernabéu. Del minuto de silencio de todos los días en la Castellana a la impasividad de la gente con el 0-1, de ahí al enfado de los aficionados contra su equipo, a otra ración de locura (esta vez interruptus) y, por último, al testarazo de Rüdiger. “Aquí todo puede pasar en este tipo de ambiente. Nunca bajamos los brazos, nunca nos rendimos”, valoró Ancelotti, que describió la cita como “entretenida”. “Muchos goles, muchos errores y objetivo cumplido. Este es un equipo que tiene poco equilibrio [en referencia a las cuatro dianas recibidas], pero mucho poderío ofensivo. Marcarle cuatro a la Real no es sencillo”, reivindicó.

Tras el rutinario minuto de silencio (esta vez, por los mineros fallecidos en Asturias), todo empezó con un Chamartín en el que no se movía una mosca. La Real había empatado la eliminatoria y, salvo unos leves pitos a Lucas Vázquez por el 0-1 de Barrenetxea, la gente ni sentía ni padecía. Quizá, conscientes todos de que les bastaría un fogonazo en medio del tedio para esquivar el precipicio. Y eso parecía. Vinicius aplicó el exterior para conectar al espacio de Endrick, que resolvió ante Remiro con la misma tranquilidad con la que el empedrado se había tomado el revés inicial.

Otra vez el joven brasileño y otra vez en la Copa. Su quinto tanto en el torneo. Antes del minuto 10, ya se había fabricado una chilena para disparar casi de la única forma que podía, y lo había intentado con otro disparo, aunque tenía a Vini al lado. Pero el ex del Palmeiras no atiende a casi nada cuando la portería anda cerca. Una compulsividad que le ha permitido asomar la nariz en un curso de estreno en España que para Ancelotti significa el comienzo de un largo periodo de servicio militar obligatorio. El chaval lo ha asumido y rebaña lo que puede en la Copa. “Ha hecho lo que le pedimos, que sea listo en el desmarque. Este es Endrick. Puede que no toque mucho el balón, pero queremos que sea efectivo”, afirmó Ancelotti.

El infortunio de Alaba y la pifia de Lunin

La segunda parte arrancó con otro movimiento de ventilador de Endrick, que ganó la línea de fondo, y, superada la hora de juego, la gente lo despidió en pie. A diferencia de la melancolía creciente de Güler, la ventanita copera ha aliviado la espera del brasileño, que en la previa escuchó cómo su entrenador avisaba a todos los jóvenes navegantes que antes de la titularidad en el Madrid hay que “chupar banquillo”. Lo dijo dos veces, por si a alguien le había quedado alguna duda.

Él sí sacó tajada personal de una competición que, a juzgar por la alineación, siguió siendo para Carletto lo menos importante de lo importante. Se volvió a guardar de inicio a Mbappé en beneficio del impetuoso Endrick, fue otra oportunidad para Alaba, Camavinga regresó al lateral izquierdo, y Lunin siguió bajo palos porque también Courtois, con problemas físicos, no entrenó en la previa.

Salvo a Endrick, a ninguno le sonrió la noche. En Alaba rechazaron dos balones que supusieron el 1-2 y 1-3. Camavinga, igual que Lucas Vázquez, no salió muy airoso en su regreso a esa posición postiza que tan poco le gusta. Y Lunin se comió el 3-4. Hasta que emergió Rüdiger en una noche en la montaña rusa que acabó con el técnico de la Real, Imanol Alguacil, echándole la culpa al árbitro: “Nos han eliminado de la Copa igual que de la Europa League [contra el United]. El Real Madrid no necesita este tipo de ayudas”, cerró antes de marcharse.

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Sobre la firma

Lorenzo Calonge
Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Desde 2018, en la sección de Deportes de EL PAÍS y desde 2020, en la información del Real Madrid. También cubro balonmano.
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